Asesor de imagen en Malasaña: mucho más que cortar cuatro pelos
¿Peluquero? ¿Asesor de imagen? No me considero ni lo uno ni lo otro, porque los que me conocéis ya sabéis que no me gustan las etiquetas. En Chico Malo somos una mezcla de ambas cosas. Y también somos chicos malos. Eso es así.
Y me he dado cuenta de ello casi sin darme cuenta. Bueno, en realidad ha sido a través de una bonita historia: «La historia de un chico y su primera vez en mi sillón de barbero».
Se trata de una historia que me ha dejado como un flan. Sí, amigos. Aunque llevo años en esto, todavía hay días que me dejan con la boca abierta. Así que, coged palomitas, que os voy a contar la historia de un cliente que me ha recordado por qué este oficio mola tanto y es tan bonito.
Resulta que entra un chico nuevo que nos ha encontrado por el bendito TIKTOK. Y el amigo va y pide el servicio de “asesoramiento con visagismo». Que oye, nosotros encantados, solo que es un servicio premium que generalmente piden clientes con cabello largo y quieren hacer un cambio hacia un estilo más corto. Pero el chico llega con el pelo más corto que un tweet. Me quedé pensando: «¿Qué hacemos en este pelo, señor?»
Claro, no me pude resistir y le pregunté. Pero lejos de estar despistado, el chico estaba como un niño en Navidad. Sabía que con su pelo corto no iba a salir como un modelo de revista, pero estaba emocionado por la propuesta, ya que nunca le había dicho nadie qué le quedaría mejor, cómo debería peinarse o qué productos usar. Y ahí es cuando yo me pongo en modo Asesor de imagen en Malasaña, dígame.
El proceso del asesoramiento
Y me pongo manos a la obra.
Y mientras voy cortando, veo que el tío no para de mirarse en el espejo, y pensé: «Algo no le mola». Así que hice lo que cualquier barbero con dos dedos de frente haría: le pregunté si todo iba bien.
Y ahora viene lo mejor: el tío me suelta que nunca se había visto tan guapo. ¡Toma ya!
Esa frase fue como si me hubieran dado un chute de energía. Me hizo pensar en cuántas veces este chico habría ido a cortarse el pelo y salió sintiéndose igual o peor que cuando entró. Porque, oye, un corte de pelo no es solo quitar cuatro pelos de aquí y de allá. Es como una armadura nueva, te da un subidón de autoestima que ni el mejor café del mundo o veinte redbulls.
Un buen corte es querer salir de fiesta aunque sea martes, es mandarle un WhatsApp a esa persona que te mola para quedar a ver una peli, es hacerte selfies hasta que te quedes sin batería. Y que este chico no lo hubiese sentido nunca antes, me dio mucha pena porque solo hay que escuchar a las personas, ver y ejecutar.
Por eso, cada día que abro la puerta del salón lo hago con una misión: que todo el que se siente en mi butaca salga sintiéndose un facking popstar, aunque solo sea por un rato. Porque al final, si un simple corte de pelo te puede hacer sentir que te comas el mundo, imagínate lo que podemos lograr con todo lo demás.
Así que ya sabéis. La próxima vez que os cortéis el pelo, aseguraos de que os lo hagáis con alguien que entienda que está haciendo algo más que cortar: está dando confianza, está cambiando vidas, un pelito a la vez. Y eso, colegas, es la magia de este oficio. Porque como siempre digo, no vendemos cortes de pelo, vendemos autoestima.
Por eso, si buscas un asesor de imagen en Malasaña, un peluquero o simplemente un sitio guay en el que inviertan tiempo en ti, para hacer que te comas el mundo, aquí tienes a Chico Malo, tu barbería y peluquería en Madrid.
Echa un vistazo a nuestro blog si quieres saber más cosillas de este maravilloso mundo.
O pásate por mis perfiles de Instagram y TIK TOK, te aseguro que no te vas a aburrir.
Alex Cantó.